Siempre hay cambios y evolución en el ámbito culinario. Un ejemplo notable es la introducción de salsas en envases bag-in-box. Además de las ventajas prácticas de esta técnica de envasado, se tienen en cuenta la ecología y la comodidad para el consumidor.
La evolución del envasado de salsas: Más allá de la botella tradicional
En primer lugar, es necesario explicar brevemente qué es un Bag in Box. Se trata de un envase consistente en una caja, normalmente troquelada, en cuyo interior se introduce una bolsa de producto líquido o semilíquido, envasada al vacío, y que puede disponer de diferentes tipos de grifos o válvulas dosificadoras. Si nos centramos en los envases para salsas, normalmente se pueden agrupar en dos grandes grupos en función del lugar de consumo del producto.
Hasta hace unos años, para el consumo doméstico era habitual encontrar únicamente botellas de plástico o tarros de cristal, mientras que para el uso profesional (Horeca, colectividades) los envases más extendidos para salsas eran los cubos de plástico. Ambos grupos presentan ciertas deficiencias, las botellas de plástico y el vidrio no proporcionan una barrera a la luz, los cubos de plástico una vez abiertos exponen el producto al aire libre sin ningún tipo de barrera, y ninguno de estos proporciona una barrera al oxígeno, con la consiguiente oxidación del producto.
Solución versátil y práctica
Aquí es donde entra en juego el Bag in Box como envase para salsas, y no le faltan argumentos para establecerlo como uno de los mejores opciones:
- La bolsa se vacía antes de llenarse de producto.
- La película metalizada proporciona una barrera al oxígeno y la luz.
- Si es necesario ver el contenido de la bolsa, está el film EVOH, que también proporciona una barrera al oxígeno y es la caja la que proporciona la barrera a la luz.
- Al vaciarse durante el consumo, NO entra oxígeno en el interior de la bolsa, por así decirlo, se “colapsa” hasta que se agota la última gota.
- Dispone de un precinto de seguridad como garantía de seguridad.
Estas condiciones de envasado y conservación alargan la vida útil de la salsa, lo que a efectos logísticos permite ir más allá con el Bag in Box para salsas. Además, permite el llenado en caliente, el tratamiento en cámara HPP y el uso de bolsas asépticas (irradiadas) para mantener la máxima asepsia posible. Dependiendo de los requisitos de dispensación, puede suministrarse con un grifo vitop, un tapón a presión, un pico ancho o un tapón de rosca, o con boquillas dispensadoras para bombas.
Otro aspecto destacado del bag in box como contenedor de salsas es la optimización del transporte y almacenamiento de bolsas y cajas vacías, y posteriormente, una vez lleno, su facilidad de paletización y transporte.
Por último, una vez vacío y consumido, se puede volver a almacenar en un espacio mínimo y de forma más óptima en comparación con otros contenedores para salsas.
No hay que olvidar el reducido impacto medioambiental de la bolsa en caja como contenedor de salsas. Desde la fase inicial de fabricación de la bolsa, con una huella de carbono reducida en el proceso de fabricación de la bolsa, en toda la cadena de transporte, en la caja normalmente de cartón reciclado y en el reciclaje del envase en general.
La nueva era del envasado de salsas
En resumen, el Bag in Box revoluciona el envasado de salsas con una mayor vida útil, mayor frescura y un diseño respetuoso con el medio ambiente. Su versatilidad para adaptarse a diversos métodos de dispensación y modernas técnicas de procesado pone de manifiesto su adaptabilidad a las demandas del mercado. Al dar prioridad a la sostenibilidad junto con la calidad, establece un nuevo estándar de envasado responsable con el medio ambiente. Su adopción supone un compromiso con la eficiencia y la innovación, garantizando un almacenamiento y una distribución de salsas cómodos y respetuosos con el medio ambiente.